El ideal de Francis sobre el paraíso tenía muchas facetas.
Se imaginaba un sin fin de escenarios donde poder recrearse, disfrutar de las vistas y sentirse en el cielo...
Y no, no era la playa, ni el monte, ni esas cosas a la que optaba la gente corriente. Para el, el hecho de levantarse temprano y meterse en un lugar lleno de bellezas le hacía flotar.
Habia conseguido un trabajo como cocinero en aquella institución increíblemente aristocrática, y aún sabiendo que en un restaurante propio ganaría mas dinero, decidió aceptar. Además, ya estaba a la espera de su plaza en Roppongi, y esperaba conocer a muchas mas bellezas en sus idas y vueltas.
Terminó de bajar una de las escaleras, llevando a un gran pasillo, sin poder orientarse aún. Los ventanales enormes iluminaban aquel espacio de forma misteriosa y elegante. Francis caminó entre aquella claridad, escuchando solo el retumbar de sus pasos, pensando que al día siguiente vería correr por aquellos pasillos a dulces alumnos, con sus dulces uniformes y sus dulces...
"Me apetece tarta..." -pensó, llegando al final de un pasillo que se dividía en dos. Miró a ambos lados, empezando a sospechar...
-Creo que me he perdido...un poco.
Se imaginaba un sin fin de escenarios donde poder recrearse, disfrutar de las vistas y sentirse en el cielo...
Y no, no era la playa, ni el monte, ni esas cosas a la que optaba la gente corriente. Para el, el hecho de levantarse temprano y meterse en un lugar lleno de bellezas le hacía flotar.
Habia conseguido un trabajo como cocinero en aquella institución increíblemente aristocrática, y aún sabiendo que en un restaurante propio ganaría mas dinero, decidió aceptar. Además, ya estaba a la espera de su plaza en Roppongi, y esperaba conocer a muchas mas bellezas en sus idas y vueltas.
Terminó de bajar una de las escaleras, llevando a un gran pasillo, sin poder orientarse aún. Los ventanales enormes iluminaban aquel espacio de forma misteriosa y elegante. Francis caminó entre aquella claridad, escuchando solo el retumbar de sus pasos, pensando que al día siguiente vería correr por aquellos pasillos a dulces alumnos, con sus dulces uniformes y sus dulces...
"Me apetece tarta..." -pensó, llegando al final de un pasillo que se dividía en dos. Miró a ambos lados, empezando a sospechar...
-Creo que me he perdido...un poco.