Alan abrió la puerta y observó la estancia desde el pasillo, con la maleta en mano. Desde luego, era cierto que las habitaciones de ese hotel eran lujosas y hermosas. Resultaba muy luminosa. Eso... y que era muy espaciosa...
Eso le dio un aire de soledad. Pero... Tendría que acabar acostumbrándose, pues viviría allí desde entonces. Dejó las llaves sobre una de las mesas y cerró la puerta. La maleta la dejó a un lado.
-Ahh... Es muy blanca... -Dijo en el silencio- Seguro que trae mucho trabajo mantenerla limpia y cuidada... <///<.
Luego se acercó a la ventana y se asomó, abriendo de par en par los ojos.
-¡¡Uah!! Menuda vista!!
Después de unos segundos se fue camino a explorar el lavabo.