"Recuérdame"

Era una tarde soleada, y el serbio había llamado con antelación al salón Hotaru para pedir hora.
Su encargo era sencillo. Le habían pedido algunas fotos para presentarse a trabajar en el Host Club para el currículum. En una bolsa llevaba aparte el traje con el que le habían pedido en el trabajo modelar.
Se acercó al mostrador y saludó.
-Buenas tardes. Mi nombre es Marko Dragan, y llamé pidiendo cita hace una semana para unas cuantas fotografías.

Spoiler:

Me acerque al recien llegado que me habia pedido cita semanas antes.

-Encantada Marko,puedes cambiarte en esta sala-Señalo una puerta a su derecha-Cuando estes pasaremos a hacerte las fotos.

Voy hacia la puerta y la abro dejandole entrar en ella.

La dueña, Elizaveta, era una mujer húngara respetable. Estaba conocida su fama en Tokio como fotógrafa. Le escuchó atentamente manteniendo contacto con la mirada y afirmó, haciendo después una reverencia.
-Gracias. -Dijo entrando en la habitación.

Con calma, pero sin ir lento, se despojó de sus ropas, doblándolas con cuidado y guardándolas en perfecto orden. Se puso las ropas con cuidado y finalmente movió un poco la cabeza para hecharse el cabello bien a la espalda.
Se miró unos instantes en el espejo. Toda esa blancura... Y su cabello negro... ¡Qué farsa más grande en la que se había convertido! Ya nisiquiera sabía si aquella mirada que el espejo le devolvía era la suya o la que pretendían los demás que fuera.
Salió de la habitación haciendo un leve gesto con la cabeza.
-Estoy listo.

Veo como sale y me dirijo hacia la habitacion donde tengo la camara y todos los demas utiles que pueda necesitar,indicandole con la mano que me siga.

-Vamos a empezar ya.

Cojo una camara y le indico que se coloque en la pared que tengo frente a mi,mientras yo preparo la camara.

Cuando le indicó la profesional, Marko le siguió con paso calmado, sin ninguna expresión en su rostro.
Se puso donde le pidió. Un fondo blanco nuclear... Como toda la sala. Suspiró un poco. Tanta luz le asfixiaba, y la cámara...
Cuánto hacía que no se fotografiaba? Tal vez... Desde los 5 años. Desde entonces, sus problemas con su padre habían ido creciendo y allí se había acabado todo.
¿Todo? ¿Eso también... Le incluía a él mismo?

Dejó a un lado todos sus pensamientos y tomó posición. En el host, tenía rol de príncipe. Y príncipe tenía que aparentar.
Una mano la guardó con elegancia en el bolsillo, mientras la otra se la acercaba a la boca, llevándose la yema de dos dedos a los labios, manteniendo esa expresión seria que tanto le caracterizaba.

Empiezo a fotografiar a mi cliente cuando termina de colocarse:

-¿Para que son las fotos?

A cada foto que hacía, cambiaba de posición, todas ellas estéticas y atractivas a la vista, sin perder el toque elegante. Tal como le pedían en el trabajo.
-Son para entregar con el currículum... Trabajo en el Host Club. -Contestó sin darle importancia.

Tampoco quería que su mundo girase alrededor de aquello... Pero... Si dejaba de girar su mundo entorno al Host... ¿Qué le quedaba? ¿Él? Él era una creación de ese Host...
Se quedaría solo, masa de carne... Y ese traje blanco.

Termine de hacer las fotografias y deje la camara en una mesa que tenia a mi lado.

-Ya hemos terminado,espera fuera y ahora salgo con las fotos.

Vuelvo a coger la camara y me acerco a un rincon donde tengo un ordenador y una impresora con papel fotografico.(Es una camara digital)

El serbio afirmó con la cabeza y salió de la estancia, esperando pacientemente que la húngara acabase.

Conecto la camara al ordenador pasando las imagenes a este y despues imprimiendolas.Termino de imprimir las imagenes y las gusrdo en un pequeño paquete que he cogido mientras se imprimian.Salgo y se las entrego a Marko.

-Aqui las tienes,son 300 yens-Le doy las fotografias-Espero que tengas suerte con el trabajo.

Sacó de su chaqueta la cartera, buscando un poco en su interior.
-Aqui tiene. -Le puso en la mesa con cuidado el dinero- 300 yenes.

Escuchó el deseo de buena suerte y le regaló una sonrisa servicial. No era natural... Pero la gente solía emocionarse con ella.
-Gracias señorita... La necesitaré. A usted también se la deseo.

Dicho esto, se fue del establecimiento.