Ordenando libros (Privado)

Había llegado hace pocos días pero estaba decidido a poner en orden aquella gran biblioteca, aunque le tomase un montón de tiempo.

Aún un resfrío le aquejaba y su garganta inflamada no estaba en condiciones para ser utilizaba y ponerse a hablar, así que de su cuello colgaba una cadenita con una pequeña libreta que tenía un lápiz en su espiral. Solo se podía comunicar de ésta forma cuidando su voz. Esta idea la sacó recordando al 'sobrino', personaje del libro "Hotel Iris" escrito por una japonesa llamada Yoko Ogawa, donde aquel joven era mudo y utilizaba este sistema para comunicarse con la gente.

-Esto será mucho trabajo...y el lugar esta tan solo y callado, me gusta pero...la libreria como que tenía mas vida.- Pensó

Los nervios lo mataban! Estaba delante de la puerta de la biblioteca mirandola con devocion, pensando como podria entrar a el lugar sin ser tan...rogon.

"Vamos Athis, tu puedes, eres un ateniense valiente. Si puedes contra un espartano, puedes contra esto..." Avanzo un paso pero retrocedio dos. "Dioses, que estoy haciendo, esto es...demasiado pesado, debo de pensar...respirar y pensar...uno y dos, eso. Ahora si, debo de avanzar."

Y dejando de hablar consigo mismo, abrio la puerta, buscando con la mirada a Tian. Entre sus manos estaba un paquetito cuadrado que seguro le gustaria a la chica. Un libro que poseia por su padre "MITO Y SOCIEDAD EN LA GRECIA ANTIGUA" No era muy...dificil de conseguir, pero era algo. Ademas un regalo aparte.

Camino por los pasillos mirandole acomodando.

"Ti..Tian" Se acerco a ella admirando lo bella que estaba y escondiendo el paquete tras de el.

Estaba concentrado arreglando cada libro, aunque mucho no le cundía porque tomaba uno y comenzaba a ojearlo. Salió de sus pensamientos cuando escuchó su nombre. Se volteó y diviso al griego que había conocido el otro día y que había sido tan amable con él. y por qué no decirlo? Le había encantado y gustado otro tanto.

Se giró un poco con una gran sonrisa alzando su diestra para saludar y solamente modulando un 'Hola' con los labios. A los pocos segundos indicó su garganta como queriendo decir que aún no podía hablar. Dejó a un lado el libro que sostenía y escribió en su libreta un mensaje que decía "¿Deseas algún libro? No están muy bien ordenados, pero podemos buscarlo"

Le entregó el papel y siguió ordenando sin percatarse de lo que escondía tras la espalda.

Tomo la nota, leyendo al pie de la letra lo que decia, sonriendo para si mismo. La hermosa cara de Tian estaba delante de el, una bella joya china que practicamente le decia que la besara en cualquier momento. Agito un poco la cabeza, debia de sacarse todas aquellas ideas, el no podia pensar en eso, seria profanar unos hermosos labios que le estaban volviendo loco por completo.

"No Tian, no vengo por un libro." Jugo con el paquete que tenia en las manos tras de el. Se lo daba o no se lo daba? Esa era la pregunta que surcaba por su mente en ese instante mientras miraba a la china delante de el. Tomo aire con mucha MUCHA fuerza y se lo tendio con los ojos cerrados y un sonrojo en las mejillas.

"Yo...yo traje esto para ti"

Dejó un par de libros en la estantería mientras el otro leía cuando escuchó la respuesta. No venia por un libro, entonces para qué? Seria que venía a verlo a él? Esa idea le llenaba de felicidad, sintiendo las maripositas en su estomago una vez mas.

Se volteó para mirarle con una cara curiosa al verle tan intranquilo y grande fue su sorpresa al ver aquel presente. Lo tomó entre sus manos y le pareció muy tierno el verle sonrojado ¿Qué seria correcto hacer? Solo se le paso por la mente agradecerle.

Se puso un poco de puntillas, porque el mayor era bastante mas alto, y así le dio un tierno beso en la mejilla, aunque esta vez mucho mas cerca de la comisura del labio y duró un poco más.

Volvió a mirar el paquete entre sus manos y comenzó a abrirlo, notando de primera que era un libro, cosa que le alegro demasiado, dibujando una gran y bella sonrisa en su rostro.

Casi se muere de el infarto cuando le beso de aquella manera tan...tierna. Podian verse los corazones saliendo se sus ojos y flotando alrededor de su cabeza. Era la mas preciosa chica que habia mirado en su vida, con una mirada tan linda en amatista que le hacia temblar mas de una vez. Se estaba enamorando, no solo era por el hecho de que les gustaran a los dos las mariposas, si no por que estaban destinados. El sabia que la diosa del amor habia metido mano en eso y le daba la felicidad en bandeja de plata.

"Espero que te guste, es un libro que tenia desde hace tiempo. Sobre mi pais. No es nuevo, pero de algo te debe de servir. Tambien..."Saco algo mas que traia, pero no estaba envuelto como el libro. "Se que...no debe de estar entre tus creencias, pero si quieres lo puedes tener entre tus curiosidades. Es un amuleto griego del mal de ojo. Cada que una persona hable o piense mal sobre ti, el amuleto recibe los malos pensamientos y se rompe como signo de proteccion." Tomo una mano de Tian poniendoselo en su mano. "Como dije antes, se que no es de tu misma creencia, pero...me hace sentir que estaras mas a salvo de todo lo que te quiera hacer mal. Y estare mas tranquilo de que no le pase nada a tu persona." Acaricio con suavidad su mano.

Miro bien el libro y claro que le encantaba, además de ser un tema tan interesante era un libro antiguo, los que en parte mas valoraba. Lo ojeo un poco, hasta lo olio, ese aroma a antiguo de las hojas le llegaba a ser exquisito. Athis le había dado en el clavo, ya no solo compartían aquel tema de las mariposas, si no que además le daba en el gusto con lo que a él en verdad le encantaba. Cada día su historia novelesca se hacía mas bella.

Miro con curiosidad aquel amuleto, recordando que en su país habían cosas así pero nada parecido a lo que el ateniense le daba. Se sonrojo cuando le tomo la mano, pero siguió escuchándole atento, lo que mas le gustaba era ver que se preocupaba por su persona. Estaba seguro que él era el indicado, el protagonista de su novela.

Se acercó al mayor abrazándole con fuerzas y susurrando un "Gracias", para volver a darle un beso en aquel mismo lugar del anterior, y es que en el fondo lo único que deseaba es que Athis le besara, le diera su primer beso.

Sintio el tibio abrazo, y el beso que le dejo sin aliento y eso que no era en los labios. Una sonrisa boba aparecio en su rostro. Sin dudarlo estrecho el fino cuerpo contra si, intentando infundirle un sentimiento de proteccion. El la miraba como una bella flor que debia de ser protegica, como una de las mariposas que tanto amaba desde que nacio. La cuidaria con amor, por que un sentimiento asi comenzanba a surgir en su corazon.

El sabia que lo que pegba en su pecho era el amor para con esa bella persona y no dudaba en decirlo.

"Quieres...ver lo del viaje a las termas?" Pregunto con suavidad, pero sin querer soltarla por ningun motivo, el estaba mas que feliz en aquella posicion.

Se sentía tan bien estar así, su corazón latía un poco mas rápido pero nada tan grave aún, podía resistir esa emoción y mas sabiendo que ahí estaba Athis para protegerle.
"Mmm!" Asintió enérgico, aunque tuvo que apartarse un poco de él, procurando que éste no soltara el abrazo, solo para escribir un mensaje que decía: "¿Deseas que nos vayamos a sentar a una mesa? Aquí me gusta pero...estamos muy solos y escondidos"

Le dio la nota, un tanto sonrojado al darse cuenta de lo último que escribió, pero era verdad, estaban entre dos libreros, sin gente en la biblioteca, completamente solos, ¿Qué mejor escenario que aquel para su primer beso? Rodeado de sus queridos libros y junto a una persona amable, gentil y que solo quería protegerle. Debía hacer algo y ayudar al escritor que llevaba su historia, asi que acercó sus labios a los del otro, pareciendo que le iba a besar, pero se detuvo solo para rosar su nariz dándole un 'beso esquimal' terminandolo con una gran sonrisa

Solos y escondidos.

Aquellas dos palabras rondaron por su mente varias veces no dejandolo en paz mucho tiempo. El estaba solo y escondido con una persona de la que se estaba enamorando. Sus mejillas se sonrojaron por completo y el tragado de saliva que dio fue demasiado...duro. Podia sentir como lo que era liquido pasaba como como piedras por su esofago.

"Me...mejor podemos quedarnos...aqui un poco no?" El queria quedarse ahi, pues tenian un momento a solas, perfecto para acercarse mas a la belleza de mujer que tenia delante de el. "Es que yo quisiera...yo...quisiera saber si..." Se quedo callado unos segundos, pensando en lo que le diria.

"Puedo...besarte?" Le dijo con el corazon en la mano.

Quedarse ahí era precisamente lo que él deseaba, no quería tener que separarse de los brazos de Athis aún, sintiendo su calor. Acercó nuevamente su rostro al del mayor, poniendo sus manos en las mejillas de éste y acariciándolas con los pulgares. Al apegar un poco su nariz con la del otro sintió su respiración chocar con la suya y una sensación como la de una corriente eléctrica le recorrió la espalda.

"Si..." susurró apenas como pudo, rozando los labios del ateniense con los suyos, bajando los brazos para rodearle el cuello y estar mas cómodo. Ladeó unos grados su cabeza, cerró los ojos y comenzó a mover suavemente sus labios, pero sin abrir la boca, el pensar en un beso mucho mas apasionado en aquel momento le daba algo de vergüenza y se agitaba mucho mas, de hecho, sabría que iba a terminar muy agitado y prefería evitarlo para no arruinar el momento.

Internamente se decía a si mismo palabras relajantes, solo para que su corazón no latiera mas fuerte de lo que ya lo hacía, si desde aquella vez que enfermo dejó de lado todas las sensaciones fuertes, pero aquello, aquel beso y con ese hombre, no lo podía rechazar, aunque al terminar muriera ahí mismo, jamás se hubiera negado.

Oh por dios! Lo estaba besando! La chica de sus mas anhelados sueños estaba posando sus labios sobre los suyos de aquella manera tan dulce! Su primer beso y se lo estaba dando a el. Se sentia en la gloria con aquellos brazos alrededor de su cuello y sus labios siendo besados.
No se pudo evitar el pasar los brazos alrededor del delgado cuerpo, acercandolo al de el. Lo apreto con fuerza, sintiendo como el calor del contrario comenzaba a traspasar las barreras de la piel y la ropa y entraba en su cuerpo.

Movio con dulzura y delicadeza sus labios, tenia que darle el mejor beso a Tian, se lo merecia. Era la persona que mas estaba queriendo. Ella era su otra mitad, como decia el mito griego. Zeus los separo hace milenios, pero ahora se habian reencontrado por la gracia de Afrodita, aquella bella diosa del amor. Ya veria la manera dedejar un tributo cuando vaya a Grecia de nuevo, se lo merecia.

El aroma de Tian era tan dulce, amaba ese aroma, su sabor. Todo en Tian era para amarse. El tenia en mente que era malo el besar a una chica encuanto la conociera o al poco tiempo, pero...era amor a primera vista! Se separo lentamente de sus labios, sonriendo de manera boba despues de este.

"Tian...siento que debo...de decirte algo...pero no quiero hacerlo aqui. Si no en las aguas termales" Dijo completamente nervioso.

Seguía aquel besos, casi sin ánimos de querer terminarlo, los labios de Athis eran tan suaves, y la sensación de su respiracion chocar en su rostro, esa calidez, además de la que emanaba de su cuerpo, le probocaba tantas cosas.

Al terminar el beso mantuvo sus ojos cerrados y casi por acto reflejo escondió un poco su rostro en el pecho del ateniense, sonrojado pero sonriente.

Escuchó atento lo que le dijo, las termas...claro que iran a las termas, eso ya lo tenian pensado pero, eso de saber que habría algo que él otro tenia que decirle. Le miró a los ojos y sonriendo asintió para luego tomarle de la mano y llevarlo a otro lugar de la biblioteca y así organizar la salida a las termas.