First Date (Privado)

De acuerdo, había llegado el día finalmente, el día en el que no sólo sería su primera cita oficial como pareja, sino que incluso sería su primera vez como… como… bueno, dicho suavemente, la primera vez en que tendrían posiciones contrarias a las que habían llevado hasta ahora, y que le habían dejado bastante dolorido. Aunque poco a poco, o le había dejado de doler o, lo había aprendido a disimular y soportar (xD).

Había varias cosas al momento que no podía negar... que estaba nervioso, que tenía algo de miedo, que se sentía un poco presionado, que temía olvidarse de llamarle 'Ai-chan' e írsele seguramente algún 'Kiku', que al no haber estado nunca en aquella posición, temía que cuando lo hiciese no pudiese controlarse y lo lastimara... en fin, varias cosas; y aunque Kiku le había asegurado que 'solo iba a sentir placer', no podía él asegurar nada de ello... su experiencia como activo era, hasta ahora, nula y... - ¡A-AHH! Demonios... ¿p-por qué esto tiene que ser tan difícil...? ////Uu...- Tragó saliva y sacudió su cabello, cerrando sus ojos y suspirando. La presión de pensar que, como caballero y Lord ingles, debía hacer que todo saliese perfecto, también le ponía algo nervioso.

Eran ya pasadas las siete de la tarde, y se podían comenzar a ver las vetas entremezcladas de naranja y suaves tonos oscuros, anunciando un futuro anochecer. Él caminaba por las calles cercanas al Roppongi Hills con un ramo de rosas rojas en mano, apretándolo con fuerza; su ropa era tal y como le había pedido Kiku, 'informal', a pesar de que llevaba corbata. Pero no estaba vestido en una forma convencional, sino más bien en uno de los variados pero en algún punto parecidos estilos que habían nacido en su país. Kiku seguramente estaría vistiéndose en la casa, así que él había ido, mientras Kiku se daba un baño, a darle un último vistazo al Restaurant y asegurarse que todo estuviese bien; ahora volvía y había comprado las rosas en el camino.

Cuando vio al mayor se sonrojó fuertemente, tragando saliva y resistiéndose a hacer algo... demasiado hormonal (xD), inclinándose sólo para besarlo en los labios y luego entre nervioso lograr sonreirle, extendiéndole el ramo mientras salían hacia el restaurant. "T-te... te ves muy bien así, Kik--... ¡Ai-chan!- Le costaba un poco acostumbrarse a eso, pero de a poco lo lograba, y cuando estuvieron cerca del lugar, habiéndole ofrecido su brazo al mayor hacía rato, le avisó. "Eh... aquí es... el lugar se lama Chinese Seven... p-pensé que esta clase de comida podría gustarte..." Susurró, sonriéndole de una forma caballerosa, aunque con las mejillas algo ruborizadas. Esperaba que a Kiku le gustase esa comida, la china porque... a él no (xD).
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Spoiler:

No fue muy larga la ducha que el nipón tomó, se encontraba realmente ansioso ante la cita que le esperaba con su ya oficialmente novio, Arthur. Aunque solo era oficial para ellos dos y algunos cercanos que sabían del romance. En parte le dolía tener que ocultarle al mundo su amor por el británico y además que esto no le permitía 'marcar territorio', por lo cual mucho pretendientes podrían ir detrás de su amado creyendo que éste estaba soltero. Motivo por el cual Kiku se esmeraba por estar encantándole siempre, e incluso llegando al punto de proponerle salir con 'Ai-chan', personaje donde el japonés se viste como chica y así pueden salir juntos sin problema.

Desde pequeño que Kiku estaba acostumbrado a vestir como mujer, ya sea en obras escolares, cuando faltaban chicas, o bien haciendo cosplay, ya que sus amigos siempre apelaban a que a él le venían esos papeles por ser delgado y de facciones finas. Y en éste caso, si Arthur estaba de acuerdo y no le molestaba, pues él no dudaría en salir como 'Ai-chan', a la calle.

Se vistió con un camisa cuadrillé rosa, unas vermudas de mezclilla, zapatos y un moño en el cabello, el cual llevaba algo desordenado . Salió del cuarto topándose con el rubio, el cual tenía un rostro con cierto aire de baboso. Aquello le gusto, quería decir que había escogido un buen atuendo. "Me alegra saber que te ha gustado mi apariencia..." Sonrió dulcemente e incluso su voz sonó mas suave que de costumbre, él se involucraba mucho con el personaje si se lo proponía.

Juntos salieron camino al restaurante chino, propiedad de su amigo Yao, aunque sabía que no se lo iba a topar debido a que éste andaba de viaje.

Ya en el lugar, tomó asiento frente al rubio y se quedó mirando al mesero que venía hacia ellos dejándo dos cartas, una para cada uno. Luego de ésto se retiro para dejarles que decidieran tranquilamente. "Sabes, yo ya sabía de éste lugar, conozco a su dueño hace unos años." Intentó decirlo casi sin darle importancia, sabía que el rubio era bastante celoso y no tenía intenciones de discutir esta noche. "Y la comida es buena, te parece si pideramos pato pekines?"

Spoiler:

No importaba que apenas llevasen mes y medio, Kiku era suyo, y por eso, le dedicaba miradas de odio receloso y posesivo a quienes osaban mirar al japonés en pensamiento de que era una mujer, sonrojándose instantáneamente al sentirse tan demostrativo, pero sin poder evitarlo; además, esa no sería ni la primera ni la última cita, era mejor empezar a acostumbrarse a mirar a esos infelices así. Y así fue en todo el camino, al menos, hasta llegar al restaurant, donde para prevenir posibles mirones (no mirones de la pareja en sí, sino tarados que mirasen a SU pareja), ambos fueron hacia el fondo, la zona más privada y amena del lugar, sentándose uno frente a otro mientras les daban el menú.

Fue entonces que la expresión de Arthur cambió, haciéndose casi chistosa del asco que mostró y sufriendo un tic nervioso mientras localizaba la única comida china que había probado: una especie de fideos raros, con una salsa aún más rara, llena de hongos y pequeños enemigos del Mario Bross. "Ugh... ¿mh? ¡Ah...! ¿En verdad...? Entiendo..." Susurró, mirando al japonés y distrayéndose un momento en el moño tan cute que éste traía encima.

No quiso pensar demasiado sobre el asuntito del dueño de aquél lugar, él también lo conocía, desde hacía ya casi 10 años cuando su familia obtuvo la custodia de Xian, sabía de quién se trataba pero... no esperaba que Kiku lo conociese también. Su novio ya le había comentado que antes de él era una persona mayormente...promiscua, pero... - ¡Stop, you idiot! - Se regañó a sí mismo, sonrojándose.- E-es decir... que conozca a ese chino idiota no significa que se haya acostado con él ni nada parecido... ù///u y-yo tengo amigos, o... conocidos, y...y el que lo sean no me ha hecho estar con ninguno en ese sentido, a-así que...- Sacudió el rostro con fuerza y verguenza para apartar eso de su mente; no quería arruinar tan especial noche con su celosa paranoia.

"¿Pato... Pekinés? Perfecto, suena muy bien, ¿de qué es la salsa?" Sonrió dulcemente, buscando curioso la mencionada comida en el menú y esperando no encontrar la palabra 'hongos' en ella, elevando luego la mirada de pronto al recordar algo, apenado. "P-por cierto... etto... me disculpo si esto no es informal..." Se miró de reojo. "...s-si tú quieres puedo quitarme la corbata o... tengo una camisa de mangas cortas también..." Volvió a bajar la mirada, algo nervioso y mirando hacia el bolso puramente estampado con su bandera, que reposaba colgando de la silla en la que él estaba.

Le quedó mirando algo contrariado por las curiosas caras que ponía al ver el menú, se notaba que aquel tipo de comida no era su favorita y que solo hacia el esfuerzo por él, y aquello era muy admirable. Aunque luego de mencionar a Yao, aquellas caras pasaron del asco al odio -¿Estará pensando que me acosté con él?- Se preguntó y decidió darle entender claramente que eso jamás había ocurrido. Estiró su mano por sobre la mesa para poder alcanzar la del rubio, apretándola con fuerza y mirandole con una bella sonrisa. "Ya dije, solo conozco a su dueño, somos amigos casi desde pequeños...solamente amigos, si es eso lo que te preocupa"

Le soltó la mano y se levantó de la mesa, acercándo su silla justo al lado de la del británico. "Espero que no te moleste tenerme tan cerca" Sonrió una vez mas, con aquella sonrisa que solo gustaba entregarle a su novio y a nadie mas. "Y tu ropa esta espectacular, te queda muy bien y no estas formal...baka...te preocupas demasiado" Tomó el rostro del menor con ambas manos, depositándo un tierno beso en la comisura del labio. "Pero eso me gusta, eres tan detallista y dedicado, te hace lucir muy tierno"

Se enganchó al brazo de su pareja buscando tomarle la mano y poder entrelazarlas, con la vista mirando hacia estas. "Aunque yo también lo soy, por eos te sugerí el pato pekines, no te va a saber tan extraño y tampoco tiene un aspecto raro...ah! y la salsa con la que se acompaña es de ciruela." Alzó la cabeza solamente para volver a darle otro beso, esta vez en la mejilla. "E-en Japón no es costumbre que las parejas desmuestren mucho su afecto en publico...d-demo...a mi se me hace inevitable" Sonrojado completamente oculto su rostro apoyandolo en el brazo de su acompañante, casi luciendo como una quinceañera avergonzada (xD).

"I-incluso cuando debo dar algún aviso en algún salón y te veo...me dan ganas de abrazarte y besarte ahí mismo, es algo como instantáneo..." Levantó la vista apenas, aún con el sonrojo que lo hacia lucir tan tierno y moe. "...p-por eso pienso que estoy realmente enamorado de ti y que no podré dejar de estarlo nunca mas..."

Quedó muy avergonzado al haber sido descubiertos sus pensamientos y temores con tanta facilidad por el japonés, sufriendo un leve escalofrío y mirándole nervioso, con un tic de a momentos. "¡A-ah...! Y-yo no estaba pensando nada... nada de eso, p-para nada, ¡ahahaha...!" Tragó saliva, sintiendo un fuerte alivio y sonriendo apenada pero dulcemente.

"N-no seas ton-...tonta, ¿cómo iría a molestarme que estés cerca...?" Sonrojado, pestañea rápidamente cuando le elogia, aunque internamente siente alivio, y sonríe levemente, nervioso, como si intentase negar un poco el cumplido. "N-no se si tanto... a-además...nh..." Se calló cuando vio ese rostro acercársele, entrecerrando sus ojos por el besito e inclinándose sin siquiera pensarlo para que el beso cambiase su dirección y fuese en los labios, hasta quedar, al menos él, sin aire. - Es tan lindo...- Se quedó prendado de aquella expresión... de la carita, el sonrojo y la apariencia, que estaban sacándole por completo de sí. "Ciruela..." Vio atontado como el mayor se aferraba a su brazo tan dulcemente y le decía algo sobre el pato pekinés que el británico, en realidad, no llegó a escuchar del todo porque... estaba ocupado pensando otras cosas (xD). Y ahora le hablaba sobre la cultura amorosa de allí. "A-ah... bueno, sí, lo he...notado... A-aunque, no creas que en mi hogar somos demostrativos, más bien todo lo... contrario ////Uu..." Por supuesto, y ésa era una de las razones por las que él mismo era tan tímido con respecto al contacto en público.

Nuevamente miró al mayor esconderse contra su brazo, escuchándose más ahogada y vergonzosa su voz, enrojeciéndose las mejillas del inglés ante la visión. Necesitaba grabar esa imagen en su mente; así no correría el riesgo de que alguien más la viese, algo que era únicamente suyo. "...ah, Ai-chan..." Tragó saliva, y para cuando pronunció aquellas palabras tan, por un lado provocativas, y por el otro vergonzosas, tomó sus mejillas entre manos y le calló besándole con profundidad; no parecía estar dispuesto a detenerse, terminando agitado y tembloroso.

"S-si sigues mirándome así, Ai-chan...///////" Mordiéndose el labio inferior, sufrió un tic nervioso cuando vio al camarero acercarse, soltando a 'la chica' y mirando receloso y rojo a aquel hombre, que se atrevía a mirar a Kiku como si tuviese algún cartel de 'sin pareja' encima. "... O-oiga, no se quede ahí parado... q-queremos un Pato Pekinés, y para tomar... ah, ¿t-tú qué prefieres?" Preguntó, mientras su mano derecha se colaba para tomar la del mayor por debajo de la mesa. Estúpido camarero metiche.

Sin reproche alguno acepto el beso tan apasionado, casi olvidándose que estaban en un lugar publico, que si bien la mesa estaba apartada, aún seguía siendo un restaurante donde iban mas que personas que ellos dos. Hasta que por fin el rubio corto el beso, respirando agitado, llevándose una mano a la mejilla, sintiendo su cara ardiente, avergonzándose mas por eso. Parecía que el adoptar aquel papel lo hacía volverse tímido, frágil y casi inexperto, aunque por estar haciendo todo aquello con un novio y aún mas que ese novio fuera Arthur, si le hacía estar antes esas condiciones, cada cosa que hacia debía ser con cautela, el territorio británico aún no había sido completamente explorado por él.

“Mirándote como?…A-arthur quieres que nos…” Detuvo su preguntaba, estaba dispuesto a proponerle mandar la cena al carajo por enésima vez e irse directo a Love Hotel a consumar el acto de amor y pasión por el cual tanto habían estado esperando. Pero aquel camarero llegó y les interrumpió. Por otro lado agradecía que este llegara, porque se había comenzado a excitar por culpa de la fuerza del beso anterior, por él y que el rubio le hubiera masturbado ahí mismo, tantas veces lo habían hecho en aquel café donde se juntaban, que no sería malo inaugurar el restaurante de aquella forma. Incluso se le hacía excitante como la antesala para su noche de pasión. Pero no! Debía ser fuerte, aunque esta fuera una de las no muy contadas veces en que se excitaba tan rápido y de tal forma, recordando aquellos tiempos en que él tenía la misma edad de Arthur y con un roce se prendía. (xD)

Cruzó sus piernas, para evitar que algo fuera notorio, además sus bermudas eran algo ajustadas. La advertencia del británico acerca de la mirada que él le profesaba, aún le daba vueltas en la cabeza, era raro mirarle así tan… desinhibido? Es que ya podía el mismo terminar la frase, se lo imaginaba con cara de lujuria y posesión diciéndole que si le seguía mirando así se lo llevaría al baño y se lo cogería ahí mismo… okey, aquél pensamiento no le ayudaba demasiado, aunque pudo salir de ellos cuando escuchó al rubio alegar con el mesero.

“Yo?… algo de sak-…” Iba a pedir sake como de costumbre, pero con esa apariencia sería raro, le podrían incluso pedir licencia para corroborar la edad, y si bien como Kiku tenía 34 años, como Ai-chan… no los tenía, ni menos una cédula de identidad. “Quiero una soda, solamente eso…sabe? Traiga soda para ambos” Dijo sonriente y sin darle oportunidad de que el rubio contestara algo.

El mesero anotó el pedido y se fue, no sin antes volver a echarle un vistazo a ‘Ai-chan’, aprovechando que tenía las piernas cruzadas y se podían ver mejor. “Se le perdió algo?” Preguntó enojado, sobretodo porque el único que le podía mirar asi era el hombre que tenía al lado. “Es muy molesto esto…cuando hacía cosplay no me fijaba tanto, es normal que los fans casi babeen, independiente si hacía de hombre o mujer… pero esto…que hasta el mesero me ande mirando, me fastidia un poco” Apoyó su cabeza en el hombro del menor, acercando su mano libre hacia las otras manos que estaban entrelazadas. “Y aunque me lo vayas a negar, yo sé que te molesta…pero ten muy en claro que el único que me puede tener eres tú, así que…pues que los otros se conformen solo con sus miraditas” Sonrió tiernamente, acercando su rostro para darle un beso en los labios, aunque no completo, sino a medias, dejándole con gusto a mas, ya se había dado cuenta de que podía provocarlo para hacer salir al ‘hombre’ que era su Arthur…y lo iba a conseguir.

“Será mejor que dejemos de hablar de temas tan amorosos…quiero que disfrutemos la cena, o nos pasaremos besando toda la noche.” Hizo un puchero, luciendo aún mas tierno, moe y casi violable (e_e), y sin más le soltó la mano, poniendo las suyas sobre sus piernas bien cruzadas.

Spoiler:

¿Si quería que… se fuesen? Esa pregunta era casi un insulto para él, y lo peor es que lo era desde dos puntos diferentes de vista. Desde que habían planeado aquella cita varios días atrás que no había dejado de soñar con el momento propicio en que ese cuerpo estuviese bajo el suyo, retorciéndose, gritando y gimiendo… gimiendo cien veces más fuerte y gustosamente que todas las veces en que se habían masturbado el uno al otro, a veces sólo a uno, a veces mutuamente. Y nada tenía eso que ver con sus posibles nervios ante la muy probable y obvia cosa que terminaría ocurriendo durante el acto, y aquello era que, le gustase o no, tenía muy en mente que podría terminar descontrolándose al ser su primera vez desde aquella posición, y podría terminar lastimándolo… eso le traía nervioso desde hacía exactamente la misma cantidad de días en que soñaba con el momento, soñándolo en los restos de lo que quedaba de las noches en que el poseído era él; se traía el temor, los nervios y el deseo a la vez.

Y aún así tampoco podía dejar de lado lo que ambos sentían; ambos ya tenían muy en claro que lo suyo no era nada pasajero, y que ninguna de las varias veces que lo habían hecho ya eran solo ‘sexo’. Visto desde afuera, no estaba muy seguro de cómo otros en caso de saberlo hablarían… afortunadamente, a ellos no les importaba. De hecho, muy capaz hubiese sido de llevárselo al baño al menos para… calmar el estado en el que ambos estaban, pero… - Po-Por la Reina, ¿en qué estoy pensando…? È//////E… ¡Yo soy un caballero…! S-si Kiku quería venir a cenar, es obvio que no querrá algo como eso en un lugar PÚBLICO……….. ¿Verdad…? –

“A-aunque, si él quiere……” Un susurro leve se le escapó, alarmándose y rápidamente dejando que Kiku le pidiese a aquel idiota lo que beberían sin problema; después de todo, no le molestaba tomar soda, que junto al jugo y al té era de las bebidas más típicas y más bebidas en su hogar. Aparte de la cerveza y el whiskey, por supuesto.

Lo único que en todo aquel asunto le molestaba era, por un lado, tener que dejar de besar al otro luego del dulce pero corto beso que le había dado; casi se le fue encima después de eso, y le costó REALMENTE reprimirse, relamiéndose los labios con deseo por lo que, para él, era una provocación hecha completamente adrede. Él quería más de esos labios, ¿por qué no podía tenerlos, si eran suyos? Él los deseaba, los amaba. Entonces, debería poder tenerlos. Y por otro lado... ¡Kiku lo estaba provocando a propósito, nadie podría convencerlo de lo contrario! ¡Es decir...! Las sonrisas dulces, los sonrojos de dulzona 'inexperiencia', los roces, los toques, las piernas cruzadas que él sabía perfectamente lo que significaban...

No es que le molestase, es decir, él no se quejaba (xD), pero el juego del gato y el ratón, donde se tiraba y luego se aflojaba dejándolo con las ganas sí que no le hacía tanta gracia... especialmente si tenía que reprimir esas ganas, que era lo que le dolía, y costaba, sin poder sacar esos estímulos de su mente hasta que Kiku le habló de mal humor al camarero, prácticamente echándolo (y con razón, porque se atrevía a mirar a SU Kiku) y luego apoyándose en su hombro, cosa que por supuesto aprovechó enseguida (xD).
Lo atrajo como quien no quiere la cosa, desviando la mirada con algo de vergüenza y temblándole suavemente la mano antes de rodear aquel hombro. "N-no te preocupes... s-si te molesta, s-siempre se puede hacer algo al respecto...ò///o"

Y entonces se lo imaginó; una piedra con un papel atado que dijese 'STAY AWAY OR DIE', una tetera hirviendo encima, empujarlo por la espalda cuando está por cruzar la calle, meterle escarabajos africanos en la cama, o la clásica pero siempre útil caída 'accidental' por unas escaleras. Cualquiera de esas funcionaría, ¿cierto? Aunque... quizás sería un poco exagerado. "N-no me molesta... a-además... yo ya sé que tú eres mío, so-solamente..." Se interrumpió al notar cuán directo estaba siendo, tapándose con su mano libre y escondiéndose un poco para luego mirarlo con el ceño fruncido. Sí... era solamente suyo, y eso era lo que aquel día quería rectificar. Quizás estaba siendo egoísta, quizás estaba siendo lujurioso, quizás tenía una forma de pensar no tan actual con respecto a la 'posesión' de una persona... pero él así lo quería, y sabía que esa misma muestra de amor era la que su pareja deseaba. Ambos lo deseaban.

"E-entonces... ¿d-de qué quieres hablar...?" Preguntó, vigilando a cada momento para ver si el camarero venía no; quería que la cena fuese perfecta para aquel a quien amaba, pero... también esperaba que fuese rápida.