Índice
Al llegar a su habitación estaciono libremente las maletas por la sala, claro que de a modo que no pudiera molestar al contrario. Era su primer año y aunque ya conocia a Xian de hace algún tiempo, cuando eran pequeños más bien, nunca había podido entablar conversacion ninguna con el susodicho años después.
Asi que, ¿qué más podía hacer? Se sentó sobre su cama junto a Kumajirou y apoyó su cabeza sobre los almohadones blancos que se encontraban en esta mientras abraza suavemente al oso, apretandolo del mismo modo contra su pecho. Tenía que confesar que la cama era muchisimo más cómoda que la que tenía en su habitación de Canadá; aquel tacto suave contra las sabanas hacía que quedara ligeramente relajado al instante. Era bastante simple pero le gustaba, tampoco era muy alta, lo normal por asi decirlo.
A los lados de la cama habían dos pequeñas mesitas de noche, traidas especialmente de Canadá. No eran mucha cosa pero ahí tenía la mayoria de sus cosas guardadas, tampoco de gran valor.
En un pequeño rincón se encontraba un vistoso armario-vestido con cajones de cristal. Tenía bastante ropa y objetos por colocar asi que decidió que la mejor opción era mantener uno independiente, no quería molestar a Xian usando un armario compartido.
Y finalmente, junto a él, lo más preciado que podría considerar para si mismo en la habitación. Kumajirou. Aquel oso que siempre estaba junto a él, en cada momento y en cada lugar, pues asi se lo prometió a la persona que se lo regalo, llevarlo siempre consigo y cuidarlo. Apreciaba demasiado a ese oso, tanto que no le importaba si se metían con él por llevar algo asi a su edad a su edad, después de todo un promesa era una promesa y él quería demasiado aquel presente.
Asi que, ¿qué más podía hacer? Se sentó sobre su cama junto a Kumajirou y apoyó su cabeza sobre los almohadones blancos que se encontraban en esta mientras abraza suavemente al oso, apretandolo del mismo modo contra su pecho. Tenía que confesar que la cama era muchisimo más cómoda que la que tenía en su habitación de Canadá; aquel tacto suave contra las sabanas hacía que quedara ligeramente relajado al instante. Era bastante simple pero le gustaba, tampoco era muy alta, lo normal por asi decirlo.
- Spoiler:
A los lados de la cama habían dos pequeñas mesitas de noche, traidas especialmente de Canadá. No eran mucha cosa pero ahí tenía la mayoria de sus cosas guardadas, tampoco de gran valor.
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En un pequeño rincón se encontraba un vistoso armario-vestido con cajones de cristal. Tenía bastante ropa y objetos por colocar asi que decidió que la mejor opción era mantener uno independiente, no quería molestar a Xian usando un armario compartido.
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Y finalmente, junto a él, lo más preciado que podría considerar para si mismo en la habitación. Kumajirou. Aquel oso que siempre estaba junto a él, en cada momento y en cada lugar, pues asi se lo prometió a la persona que se lo regalo, llevarlo siempre consigo y cuidarlo. Apreciaba demasiado a ese oso, tanto que no le importaba si se metían con él por llevar algo asi a su edad a su edad, después de todo un promesa era una promesa y él quería demasiado aquel presente.
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