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La despensa de la academia se reponía cada semana; si bien era porque faltaban alimentos como porque caducaban. Después de todo allí comía casi todo el mundo, y no era mi intención servir mala comida.
Tras comprar de camino algunos ingredientes que faltaban, comencé a hacer mi primer plato. Y como nadie había escogido una especialidad gastronómica de un país en concreto, pues haré comida francesa; al menos hasta que haya mas confianza y comiencen a pedir
La cocina es un santuario. Es un complejo espacioso, el cual por un momento pensé que no podría abarcar yo solo. ¡Ja! Claro que podré. En cuanto me conozca cada rincón de este sitio no habrá nadie que me saque de aquí.
Saqué los filetes y el jamón para el primer paso de una receta que me sabía de memoria, seguido de los huevos y la harina para rebozarlos después.
El Cordon Bleu es un plato sin mucha dificultad, ideal para cualquier ocasión. Aunque yo personalmente lo comería en el almuerzo, con un poco de vino tinto mientras comparto mesa con una bella persona.
-¡Jajaja, Francis, eres increíble! -grité en mi cocina, echando a la sartén lo preparado. Creo que la mujer que despacha el comedor me ha tomado por un lunático.
Tras cortar limón, bajar el fuego, y laminar los champiñones, solo tenía que esperar a que se redujese la nata.
En menos de cuarenta y cinco minutos un plato delicioso para el almuerzo.
Como me sobra tiempo, quizás me ponga a preparar un postre...
Tras comprar de camino algunos ingredientes que faltaban, comencé a hacer mi primer plato. Y como nadie había escogido una especialidad gastronómica de un país en concreto, pues haré comida francesa; al menos hasta que haya mas confianza y comiencen a pedir
La cocina es un santuario. Es un complejo espacioso, el cual por un momento pensé que no podría abarcar yo solo. ¡Ja! Claro que podré. En cuanto me conozca cada rincón de este sitio no habrá nadie que me saque de aquí.
Saqué los filetes y el jamón para el primer paso de una receta que me sabía de memoria, seguido de los huevos y la harina para rebozarlos después.
El Cordon Bleu es un plato sin mucha dificultad, ideal para cualquier ocasión. Aunque yo personalmente lo comería en el almuerzo, con un poco de vino tinto mientras comparto mesa con una bella persona.
-¡Jajaja, Francis, eres increíble! -grité en mi cocina, echando a la sartén lo preparado. Creo que la mujer que despacha el comedor me ha tomado por un lunático.
Tras cortar limón, bajar el fuego, y laminar los champiñones, solo tenía que esperar a que se redujese la nata.
En menos de cuarenta y cinco minutos un plato delicioso para el almuerzo.
Como me sobra tiempo, quizás me ponga a preparar un postre...